En ocasiones menospreciamos el poder de las traducciones, pensamos que en la traducción de un ecommerce podemos escatimar recursos por que es algo que tiene menor importancia o que realmente va a pasar más desapercibido.
Pero por un lado tenemos el problema de que es el usuario quien valora esto, y si lee algo que está en “indio” o que es incomprensible para alguien nativo en ese país, es muy posible que la tasa de conversión de ese ecommerce baje y por lo tanto estemos dañando su rentabilidad.
Además, no olvidemos el tema de la traducción SEO, es decir, que no en todos los países se buscan las cosas de igual forma, por lo tanto, traducir todo de manera literal significará perder oportunidades a nivel SEO también.
Y más lejos de esto, en los marketplace también pasa lo mismo, que la gente no invierte en traducciones para Amazon y luego nos encontramos con productos que no tiene sentido su texto y lo que parece es que nos estén vendiendo algo chino o algo de lo que no tienen ni idea y por lo tanto genera cierta desconfianza en la compra de ciertas personas.
Por ello, como has podido ver, no solo está el problema de que el usuario pueda quedar descontento con tu web o tus productos, si no también que pueda dañar directamente a tu rentabilidad.